2005-11-19

No soy un caballero


Decía Oscar Wilde que un caballero es alguien que nunca ofende a nadie... sin querer.

Es curioso cómo el libro de señales de comunicación humana que repartieron a todos los futuribles niños del Limbo, a mí me lo dieron cambiado.

Yo, que no sé ofender queriendo, me paso la vida ofendiendo sin querer.
("Cuando quiero llorar no lloro, y a veces, lloro sin querer"... también es cierto.)

Me dicen que tengo una actitud cortante, y como me lo dice gente diferente en contextos diferentes, digo yo que algo hay de cierto. Pero no tengo ni idea de qué es lo que consideran cortante.
Intento mantener un cierto sentido del humor, y me dicen que soy sarcástica hacia los demás.
Me dicen que me evado, que paso de todo, y lo que intento es no molestar, no imponer mi presencia. Ni juzgar.

Así que transmito la sensación de ser una persona deliberadamente aislada y cortante. No entiendo, ni me hago entender. Me duele, claro. Es patético reconocerlo, pero yo lo que quiero, lo que me muero por conseguir, es la simpatía de los demás. No de todo el mundo, claro, pero cuando una lo intenta a propósito, seguir consiguiendo los efectos contrarios, desanima.

Que yo recuerde, con trece añitos ya estaba sufriendo por esta sensación. Y, aunque he progresado, claro, porque ya no soy la casi-autista que era con 18 años... por lo visto, no he avanzado lo suficiente.
Me veo teniendo una relación estupendísima con la gente que me rodea, pero en el asilo, con cien años.

Podéis creerme que lo que me duele ahora es eso, y no el hecho de que ayer me comunicara la jefa que no me van a renovar el contrato de prueba.

2 Comments:

Blogger Juan Diablo said...

No sabes cómo te entiendo, Monstera. La única persona con la que debes estar agusto es con la única que estarás hasta que te mueras: contigo.

Lo complicado es no tenerse manía porque no puedes enfadarte y no hablarte ;-)

8:40 a. m., noviembre 21, 2005  
Blogger Siete said...

Monstera... Si la gente no entiende la ironía y se lo toma como ofensa, los susceptibles son ellos. Si no saben ver que esas espinas son pura defensa y no ataque, los cobardes son ellos por no ir más allá. Si se sienten vulnerables por hablar de asuntos no convencionales, ellos son los que deberían plantearse qué pasa...
Tú, con tus cargas y tus miedos, ya te esfuerzas por volcarte poco a poco hacia fuera. Eres lo que eres, y si a la gente le da miedo o no le gusta, allá ellos. Porque para los que nos gusta :-) eres un aire un poco más fresco que el dulzón cargado ambiente habitual.

10:42 a. m., noviembre 21, 2005  

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